sábado, 3 de diciembre de 2011

Sensaciones.

Sigo pasando las noches en vela intentando imaginar como sería mi vida con alguien a mi lado. A mi lado de verdad. Me he tratado de engañar muchas veces bucando desesperadamente unos labios que me besaran, unos brazos que me abrazaran, un olor que me llevara a soñar, unos ojos en los que me viera reflejada, unas manos que me acariciaran únicamente por sentir la delicadeza de mi cuerpo, ese alguien con quien poder dormir abrazada y sentir que si el fin del mundo estuviera cerca se pararía el tiempo y rodeada por Él me sintiera la persona mas portegida del mundo.
He tratado de explicar, de aclararme, puedo pasarme el día viendo peliculas que reflejan en cierto modo mis sensaciones, pero nunca he encontrado palabras con las que plasmar esta angustia de no encontrar esa protección, ese cariño y esa admiración que tan frenéticamente ansío. Quizás sea ese ansia el que me pierde, el que me lleva a fracasar una y otra vez, vagando por un mundo lleno de parejas aparentemente felices. Siempre he creído haber vivido esa sensación, pero como muchas de esas parejas era solo algo enmascarado por la lujuria y por el miedo a sentirse solo.
Sentirme sola, ese es exactamente el problema, me siento sola. Puedes tener amigos que te quieran con locura, padres que lo dan todo por tí, pero en el fondo, ese vacío que solo podría llenar Él. Lo más triste de todo es que hablo de un Él inexistente, que nunca ha llegado a mi vida. Podrán ser pensamientos de una reciente joven apenas dos años independizada de la adolescencia, pero han sido muchas batallas pérdidas, muchos dolorosos golpes y muchas decepciones.
El dar todo por una persona que no da nada, solo esa lujuria, que solo ve un cuerpo y no ve a la persona que se esconde dentro, esa ilusión siempre asesinada en cortos periodos de tiempo y sobre todo, esa desconfianza, esa armadura en el corazón. Quizás no debiera decir armadura, debería decir pequeña conciencia que me dice ve, entrégate, dalo todo, éste sí y al mismo tiempo sabe que va a ser como siempre, siempre voy a dar más de lo que recibo.
Ver peliculas de decadas atrás, de esas en las que ella era una muchacha delicada, y él, un conquistador, un conquistador con flores, poemas, que realmente deseaba que fuera suya para siempre. Ese tipo de conquista desapareció. Soñar con un chico clásico, que valore más un tímido beso o incluso un largo paseo de su mano, que buscar descarademente un encuentro meramente sexual.
Hay muchos tipos de amor, yo busco ese amor puro, no vitalicio, no me gusta decir para siempre, solo un ahora y de verdad. Ese darlo todo por esa persona y que esa persona lo de todo por ti, aunque sea un instante, sentir como se para el mundo, acariciarse, besarse, sentirse uno solo, aunque solo sea ese instante.
No le encuentro nada de apasionante al sexo por el sexo, es una experiencia vacía, no te da nada, el placer corporal dura unos segundos, el placer emocional es recordado toda la vida. Historias como Romeo y Julieta, Rose y Jack, Sophie y Julien, Noah y Allie y un largo ect supongo serán historias ficticias escritas por mentes que comparten muchos de mis pensamientos, desde Shakespeare hasta James Cameron. Son libros, historias, películas que han marcado mi vida y han alimentado más esa fantasía que corre rauda a todas horas por mi cabeza, la de el amor de verdad, no el amor diario ni infinito.
Escribir, es una manera de poder reflejar los sentimientos, de hablar contigo mismo, y de plasmar la angustia de tu interior, adelgazarla un poco dentro de ti, hacer que pierda volúmen, aunque en el fondo siempre estará ahí. Escribir escuchando Debussy, Richard Clayderman, o incluso Radiohead mientras oyes la lluvia tras la ventada, es desahogarse, y en cierto modo, intentar encontrarme a mi misma o al menos tener valor de ser clara con mis pensamientos aunque sea con un procesador de textos.
Solo pido sentir esa protección y ese cariño, ese suave trato y esa mirada que parece, tanto me cuesta encontrar.
Como bien cantó Kutxi, "Amaneció, la vi irse sonriendo con lo puesto por la puerta del balcón, el pelo al viento diciéndome adiós porque decidió, que ya estaba hasta las tetas de poetas de bragueta y revolcón, de trovadores de contenedor. ¿Qué coño le pasará? Que ya no sale a volar, tal vez le mojó las plumas el relente de la luna, le volvió loca el sonío de las gotas de rocío cuando empieza a clarear y aún no se ha dormío. Le hizo un trato al colchón con su espuma se forró el corazón de noche era de piedra y al alba era de mimbre, que se dobla antes que partirse."
Que se doble, pero que no se parta nunca más.
Sentir, sentir, sentir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario