Quizás suene raro, tal vez parezca algo demasiado obvio en estos tiempos, pero hemos llegado a un punto en el que no existen los hombres de verdad,esos que abrían puertas,regalaban flores y suspiraban por robar un beso. ¿Dónde está ese juego, esa magia, esa inocencia o esa pasión? A veces pagaría por vivir en los años 40 y sentirme conquistada, pretendida por un apuesto muchacho, ante todo respetuoso. Busco esa caballerosidad propia de antaño. Ahora esas cosas sólo se ven en las películas.
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